
Vampiros nos traslada a Francia, más concretamente a París. En este contexto y en este lugar mágico es donde nos damos cuenta que los vampiros si que existen, que son una realidad y que se mueven entre nosotros y no nos damos cuenta si quiera. La linaje de Martha Radescu vive clandestinamente, y la efebo se entera de que Doïna, su compañera de case, es en realidad un vampiro. Justo en este momento, es en el momento que el delicado equilibro de Martha explota. Doïna hoy en día tiene que aprender a vivir con su doble naturaleza y cultivarse a encargar los nuevos poderes con los que cuenta. La adolescente, mitad humana y mitad vampiro, se
convierte durante el data en un peligro para sus compañeros y sus amigos y por la crepúsculo se vuelve la vampiresa más codiciada por la comunidad de vampiros por la que es perseguida, los cuales están plenamente fascinados por su única extravagancia. También, las cosas en su familia van a cambiar y cargo habitar preparada para todo lo que se le viene arriba.