
En la película Diario de una ninfómana, Val, tiene 28 años, estudios universitarios, un gran encanto y una cómoda posición económica. Es además una dama muy liberada que busca persistentemente nuevas experiencias para satisfacer su curiosidad sexual. Este estilo de vida le crea numerosos dificultades con los hombres, con su trabajo y con sus amigos. Sin embargo, el fallecimiento de su abuela y la pérdida de su trabajo hacen que su vida cambie. Se enamora apasionadamente de un hombre con el que vive un apasionado y tormentoso romance hasta que la relación se termina de manera traumática. Val, desesperada, está a poco de acabar con su vida: se siente absolutamente sola, tiene muchas deudas por pagar y ha perdido su autoestima. Decide entonces dedicarse a la prostitución. Al principio, se siente completamente a gusto: da rienda suelta a todas sus fantasías sexuales y, además, gana mucho dinero. Pero pronto descubre la cara más sombria de la prostitución.